From: ABC
To: helsinki
Es la primera vez que te escucho decir que no tienes ganas de vivir. Me dijiste que tienes un mes pensándolo todos los días y yo soy la única a quien se lo dices. Te creo, porque nunca lo habías dicho. No eres de esas personas que van por ahí diciendo todo el tiempo que se quieren morir, tú no eres así, por eso te creo. Y por eso me duele más que no me lo dijeras antes. Te creo porque tu vacío se hace cada vez más grande, lo noto en tus ojos. Son congruentes con tu falta de ganas de querer vivir. En esos ojos que ya no son ojos sino manchas oscuras por no dormir. Tienes 23 años y esas lágrimas que soltaste frente a mí se sintieron de toda una vida. Y otras, quizá. Tu depresión regresó, y es la primera vez desde que te conozco que m dices que te pesa el cuerpo, que no es ya no es tuyo, que te queda pequeño. Ya no tienes ganas. Me encuentro llorando por ti, porque quisiera no creerte. Quisiera que no te sintieras así. Me vas a doler hasta querer morirme yo también. Eres la mujer con el alma más bonita que conocí en mi vida. Tu maldita depresión no te merece, eres más que eso, mucho más que eso. Siento tanto que desde pequeña tuvieras que vivir así, no lo merecías. Todo el dolor, no lo mereces. Estoy triste y enojada porque te juro que no sé qué haría si te me vas. Incluso si no lo haces tú, que la tristeza te termine de llevar porque ya no estás aquí. Quiero abrazarte y quitarte todo eso de encima. Gracias por decirme, no sé cuánto tiempo pensabas guardarlo para ti misma pero gracias por decirme. Mi casa siempre será tu casa. Siempre estarás en mi mente. Te quiero mucho. Quédate hasta que seamos viejas. Quédate.
From: ABC
To: helsinki
No se regresa a donde te hicieron daño y por eso no he regresado, pero cómo me gustaría tu consejo ahora. Lo siento tanto.