Unsent Messages

Me gusta mirarte, hasta cuando no estás. No necesito tu presencia en la habitación para poder observar con atención tu perfume, ese sentimiento y sentirlo. Pasa por todo el cuerpo.
Sí, definitivamente hablo de ese sentimiento que vos me transmitís cada día. No hace falta tenerte al frente para querer abrazarte, besarte, y que llegue ese todo eso eterno, que me reconforta como una buena canción. Sé qué te veo, en cada esquina de mi casa, en la luz del sol, en mis almohadas, en mi ventana, en mí.
Es rápido. En ocasiones, muy rápido. No lo controlo y respiro fuerte para sentirte más adentro mío.
Sé que no hay dudas. No es mi mente imaginándote. Sé que en cada palabra que pronuncio, en cada abrazo que doy, en cada mirada, en cada rayo de sol y luna, en cada bocanada de aire que tomo, está(s). Es mi fortuna eterna, no? tenerte en el cielo, en la luna, en mis brazos.
Me encantaría mostrarte todo lo que sos. Como apareces. Como haces que no lo controle, que se vaya como el viento. Vuela, te espera, te besa, te acaricia la cara con ternura y te recuerda que te ama.
Por eso estoy acá. Tratando de recordarte que: Fran, yo también te amo. Espero que esa sombre color amarilla que me observa desde cada partícula, esté en casa. Quiero que sepas todo que sos para mí. Como una señal, como un cartel, que me dice que ama. Y eso es todo.
Sos todo.